Por un interes académico y ciudadano vengo siguiendo los detalles del problema político-diplomático entre Argentina y Uruguay por la instalación en este último país de la Planta de Procesamiento de Celulosa Botnia, de origen finlandés.
Me ha costado entender en un principio el núcleo del problema. Cuando las posturas se polarizan demasiado, éstas se comunican y expresan en el mismo tono y el mensaje objetivo se pierde, o cuanto menos se diluye en los intereses propios de cada parte en disputa.
En este contexto a veces confuso me ha llamado la atención el reciente giro en la comunicación de Botnia. El jueves de la semana pasada comenzó a operar oficialmente la Planta. Acompañando esta apertura se ha desplegado desde la empresa finlandesa una interesante estrategia de diálogo y comunicación de cada una de las etapas de esta apertura y lo que conlleva en términos de impacto ambiental para su entorno inmediato.
Esta intención de transparentar cada una de estas etapas informando de sus procesos técnicos y sus consecuencias me ha parecido una clave importante en su comunicación. Como comunicadora creo que una de las tareas más complejas y difíciles es encontrar -y acertar- las claves precisas para hacer una adecuada gestión de crisis. Y creo que Botnia ha elegido un camino correcto.
En su página web http://www.metsabotnia.com/ se puede encontrar un link directo a la evolución de la puesta en marcha paso a paso explicado por las propias gerentes de planta. Un gran acierto.
Puedo no estar de acuerdo con este emprendimiento, pero he de admitir que Botnia se comunica, y lo hace bien.