Cuando uno está fuera de su país una pregunta recurrente -u obligada- de los nuevos amigos es: cómo es tu ciudad?. Mi respuesta es invariablemente la misma: "es pequeñita, linda y caótica.." y agrego una anécdota para ampliar. Hace muchos años escuchaba una entrevista que le hacían al primer astronauta ibérico que pisó la luna, la periodista le preguntaba cómo se veía a la tierra desde allá arriba, el hombre en cuestión se apartó de cualquier tecnicismo posible y contestó un simple "con una ternura infinita, tan grande que sólo te dan ganas de abrazarla y protegerla".
Algo así siento yo por mi ciudad. Discutía con una amiga que por estos días también está de visita al terruño que me decía muy enfática y convecida que Asunción "es fea". Argumentaba que no está planificada, los edificios antiguos y emblemáticos no se conservan y a nadie le importan, el tránsito es caótico -demasiado para una ciudad tan pequeña-, las calles son intransitables para el peatón y peatona y para quien conduce, cuando llueve -no importa cuánto- todo se inunda, la señalética es desorganizada y..., muchos peros más.
Y es asi. Nada de lo que ella argumenta falta a la verdad. Pero yo siento distinto. Para mi Asunción es bella como es. Tiene miles de cosas que podrían ser distintas y deberiamos trabajar para que lo fueran, pero tiene otras tantas que la hacen tan única y especial.
Desde que llegué en Agosto los árboles de la ciudad me han regalado flores de todos los colores, los lapachos amarillos primero, los rosados después, los blancos andan más tímidos ahora, pero en compensación hay unos jacarandás que están floreciendo a rabiar, y ni qué decir de los chivatos que están asomando sus flores anticipándose a noviembre...
En Asunción todo está cerca..., no hay nadie ni nada que te quede a más de 20 minutos o media hora de camino y eso es genial si tenés que visitar amigos, hacer compras, pagar cuentas, trabajar, tomar un café, divertirte...
En Asunción todos conocen a todos y eso le da un clima especial..., es como una gran comuna extendida donde siempre podés encontrar alguien que conoce a alguien que conocés... y a mi por lo menos me encanta...
La discusión con mi amiga derivó en un replanteamiento cuasi-filosófico sobre la belleza. Como es natural en este tipo de charlas no llegamos a ningún acuerdo. Sigo creyendo que Asunción es bella, caótica pero bella. Un lugar donde todo está por hacerse..., pero sin apuros...